PRIVACIDAD Y PROTECCIÓN DE DATOS EN LOS MENORES
Existe un ámbito de primer orden en el trabajo de los profesionales en protección de datos. Se trata de todo lo relacionado con la información generada por menores. En ese sentido, la entrada en vigor del RGPD marca un antes y un después. La AEPD adelanta importantes proyectos informativos y formativos dirigidos tanto a la sociedad como específicamente a los futuros profesionales del sector de la protección de datos.
El Reglamento General de Protección de Datos destaca entre las normativas globales en la materia por muchas razones, como el establecimiento de un marco de competitividad donde los derechos de ciudadanos y usuarios resultan mejor protegidos. Esto tiene una relación clara con la competitividad, que actualmente tiene un nexo con la generación de confianza.
Al argumento anterior sumemos que las autoridades competentes en los estados miembros de la Unión Europea, en nuestro caso la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), arriban a unos instrumentos que involucran una mayor claridad sobre su finalidad y funciones.
¿Qué esperan los ciudadanos de su autoridad competente en materia de protección de datos? Varias cuestiones, una de ellas es la protección efectiva de los derechos en las lógicas de un mundo globalizado y digitalizado, con énfasis en colectivos vulnerables, precisamente como los menores. Otra expectativa clara de la sociedad es que la autoridad reguladora cumpla una función pedagógica y formativa para lograr la correcta implementación de sistemas formativos que guardan una importante complejidad.
MENORES Y PROTECCIÓN DE DATOS
Los menores, un segmento de la población con necesidades especiales de protección en estas realidades donde los procesos socializadores y la producción de cultura se han digitalizado, están entre los renglones clave del modelo de competencias entre los profesionales en protección de datos.
La conceptualización, ya parte del imaginario colectivo, “nativo digital” es todavía objeto de importantes debates y estudios en las ciencias sociales. Entre los aspectos discutidos tenemos la relación del nativo digital con los consumos culturales, el vínculo social, su propia noción sobre la privacidad y los derechos digitales, etc. Así como su relación con los principios normativos, el clásico problema de la autoridad y valores como la utilización responsable del flujo de información del que hace parte en la continua socialización a través de dispositivos conectados a la red.
En un acto reciente de la Agencia Española de Protección de Datos, su directora, Mar España Martí, relacionó dos ideas: nativo digital y huérfano digital. En efecto, la AEPD nuevamente se pone al frente de este importante elemento del cada vez más amplio, complejo y diverso sector de la protección de datos. #Másqueunmóvil es una campaña que busca extender a la sociedad (los padres y madres, las familias, etc.) ese otro manual de instrucciones que no viene en la caja de los dispositivos, un conjunto de recomendaciones para la responsable utilización de tecnologías que funcionan con flujos de información como base.
Esta guía revela la importancia que se está reconociendo a los enfoques específicamente dirigidos a los menores entre los profesionales en protección de datos. Una de las ideas vertebradoras de estas preocupaciones es que los nativos digitales se están desenvolviendo en “meta-realidades” o en lo que clásicamente las ciencias sociales denominaron realidad superestructural (con toda su implicación ideológica, cultural, etc.), donde las normativas no están totalmente implantadas. Y que, por supuesto, ser un nativo digital no se traduce en ningún conocimiento germinal o de partida sobre los peligros para la privacidad de ciertas conductas digitales. Hablamos de nuevo de funciones pedagógicas y formativas por parte de las autoridades.
De lo anterior deriva que la aplicación de grandes sistemas reguladores, como el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), sea algo todavía en proceso de investigación e implantación. No podemos perder de vista que grandísimas extensiones de los universos digitales siguen siendo una suerte de tierra sin ley. Con lo cual, la protección de los derechos que asisten a los menores, a los nativos digitales, es objetivo de primer orden.
MENORES EN EL RGPD
El Reglamento General de Protección de Datos entiende a los menores como objeto de protección específica. Todos y todas seguramente entendemos la problemática que encierra una aplicación o una inteligencia artificial que monitoriza el comportamiento, analiza los datos y sirve modelizaciones para enviar X mensajes adaptados a otros X perfiles de personalidad. Mensajes super adaptados a personalidades vulnerables.
¿Cuál es el gran reto en la materia? Que los menores tengan en los universos digitales las mismas garantías que todos tenemos en la textura de la realidad por donde cada día transitamos. Derivado de esto, una acción concientizadora sobre este mismo colectivo, por ejemplo, implantando una imagen clara sobre la responsabilidad, algo que no desaparece por ser menor.
Aquí tenemos el otro gran frente de trabajo, que ya no recae sobre los profesionales en protección de datos, sino sobre toda la sociedad: Lograr que los menores tengan claridad sobre su responsabilidad en el uso de la información, específicamente cuando protagonizan actos considerados delitos (recordemos que ya existe una noción normativa sobre “violencia digital”).
En conclusión, como argumentaba la directora de la AEPD, necesidad y proporcionalidad (dos principios elementales de nuestro campo) tienen un carácter especial cuando hablamos de menores. Que, además, estamos hablando de responsabilidades profundamente compartidas, donde la educación sobre cómo deben ser las conductas digitales vendrá a tener mucho peso en el futuro próximo.
Por supuesto, la AEPD adelante importantes proyectos formativos, dirigidos tanto a la sociedad, por ejemplo, la guía #Másqueunmóvil, como a la generación de los más calificados profesionales en protección de datos y privacidad de toda Iberoamérica, con su Máster en el Reglamento General de Protección de Datos, en colaboración con la UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia).